Bancos que apoyan a la juventud

Hace no mucho pasé por el trance de ir al banco para interesarme por sus productos hipotecarios. De allí salí cabreado e indignado, ya no sólo por el intento de atraco sino porque quisieron venderme la moto de que aquello no era un atraco sino la oportunidad de mi vida que mi amigo el banco me brindaba haciendo un esfuerzo enorme por ayudarm. Aunque escandalosas y abusivas, no entraré en diseccionar lo que el banco exige para conceder un préstamo para acceder a un derecho constitucional de todos (una vivienda digna), porque cualquiera de vosotros puede verlas en sus paginas web. Lo que me irrita es que, durante esta semana he leído y oído en varios medios algo que lo supera.

¡Y era dificil! Porque los bancos nunca han sido buenos samaritanos, ni siquiera justos comerciantes. Pero, aprovechando el sablazo a las becas universitarias y el alza de las matrículas, los bancos han visto un nicho de mercado muy jugoso. Y digo jugoso no por el capital que dispone, sino por la tierna carne que cubre sus quasi adolescentes cuerpos. Los estudiantes universitarios son la nueva estrategia de los bancos para «ayudar» a la juventud. Siguiendo el modelo americano, lo que se pretende en España es muy sencillo y lucrativo para los de siempre.

La partida comienza subvencionando a un partido político que, en cuanto llega al poder y poniendo la excusaparatodo («es que con esta crisis…») recorta las becas universitarias y sube los precios de las matrículas. De esta forma y como la economía doméstica está como está, obligas a los jóvenes a que vayan adquiriendo deudas ya desde bien jovencitos. Además, puedes vender tu indecente acción «comercial» como una «ayudita para un niño pobre» aunque, en realidad, lo que estés haciendo sea cobrarte un prisionero que cumplirá  su condena a tu vera durante 6 o 7 años con un interés desproporcionado. De hecho, la ¿oferta? es aun más sangrante sabiendo que los bancos acceden a una financiación europea sin restricciones y claramente ventajista. El banco se asegura un cliente-esclavo durante, como poco, un lustro con un beneficio neto del 4,75% anual sin contar con las comisiones de apertura y cancelación. Lo mejor es que los padres de ese estudiante son los que están prestando el dinero a ese banco al 1% de interés… y fíjense si esos padres son generosos, que ese 1% lo destinan a pagar cenas, viajes, vacaciones y putas a sus amigos del BCE.

Eso si, segun Wert,  nadie se quedará sin poder estudiar. ¡Será por pasta!

Señores, no es que esto sea una apuesta incierta por otro modelo de educación ni nada parecido. El modelo estadounidense NO FUNCIONA y deja en la ruina a muchos estudiantes que, por desgracia, se ven incapaces de asumir una deuda tan «grande» sin una perspectiva de empleo decente. El modelo funciona para el que cobra, ahoga, presiona y especula con el futuro de los demás. El modelo funciona para el banco, y mientras el banco gane la suficiente pasta para malgastarla en sus caprichosos altos ejecutivos y para pagar la correspondiente prebenda a los partidos políticos… España seguirá yendo bien. ¡Un momento! Hace mucho que no escucho la fantástica frasecita de «Ansar».  ¿Por qué será?

Desafección política

Llevo tiempo oyendo el término «desafección» por la política y es algo que me chirría en el subconsciente. Los políticos tienen la creencia de que la ciudadanía se está alejando de ellos, que ya no les quieren… y creo que no es así exactamente. Antes de nada puntualizar que con «ciudadanía» excluyo a forofos rojos, azules o rosas a los que el encandilamiento por su color favorito les hace ver rosas donde solo hay moñigas.

Los ciudadanos «normales» (o buenos, usando la terminología de nuestro ¿ilustrísimo? presidente del Gobierno) nunca hemos sentido un apego real hacia nuestros políticos  Cuando se hacían públicas las encuestas del CIS sobre la valoración de nuestros políticos, siempre salían, en los buenos tiempos, cincos, seises… Notas medias que a ellos les parecían bien. Se sentían respaldados, queridos, amados. Todo era de color de rosa y las nubes esponjosas dibujaban corazoncitos que el mismísimo Aznar admiraba entre sollozos de emoción por la ventana de su despacho en Moncloa. Si los políticos viven en otro mundo, este es un claro ejemplo. Pongamos que la encuesta del CIS, en vez de preguntarle por Aznar (Ansar, para los amigos) o Zapatitos, les preguntaran por sus hijos… ¡o por sus mascotas!. ¿¿Alguien les daría un 5?? ¿Qué clase de padre sería usted si calificara con un 5 a su bienamado hijo? Le pondría un 8 o un 9 porque le quiere, le aprecia, lo ama… Pero ¿un 5? ¿A qué se le da un 5? Pues a algo que ni me va, ni me viene. Que está ahí pero que si no estuviera, le daría el mismo 5.

El problema es que ahora ya no nos da tan igual. Porque ahora, más que nunca, esos sobre los que nos piden valoración son los que vemos vivir «por encima de sus posibilidades». Son los que nos recortan el sueldo, la sanidad y la educación de nuestros hijos. Y, claro, ahora ya no ponemos ese 5 «por educación» que le ponemos a lo que nos da igual. Ahora le ponemos un 2 al subnormal profundo, que sigue siendo igual de subnormal que antes, pero que ahora, cuando se ve mínimamente exigido, luce sus vergüenzas sin sufrir las consecuencias de sus propios errores.

Pero no se preocupen señores políticos porque ahora no les queramos. No utilicen el término desafección… porque, aquí, nunca hubo afecto.

Idealizadamente independientes.

Parece que el señor Mas nos leyó ayer y se picó como un mal jugador de poker subiendo la apuesta con una mala mano. Convoca elecciones en Cataluña para el día 25 de Noviembre para que el pueblo catalán decida sobre su derecho a la autodeterminación. A mi me parece muy bien lo que cada uno haga en su casa, pero oiga, si usted es un borracho juerguista que pega y miente a su mujer, lo menos que se puede hacer uno es denunciarlo.

La independencia es un status que históricamente Pais Vasco, Cataluña y Galicia en menor medida han perseguido como una meta; Un objetivo final que, de ser alcanzado, nos convertiría a todos en unos adonis estupendos, ricos y sin preocupación alguna.  No me gustan las idealizaciones en ningún aspecto de la vida, pero es que, a nivel político, me parecen vergonzosas. Nadie toma la independencia como un hito a conseguir, una parte del proceso de cambio. Nadie habla de lo que hay detrás del umbral de la independencia, de lo que significa o de lo que cambiaría. Y aquí es donde comienzan, para mí, los problemas.

Para hacer una estimación de lo que pasaría si Cataluña, en este caso, se hiciera independiente, habría que investigar cómo han gestionado sus representantes políticos su autonomía en los últimos años, su poder económico real, su capacidad de innovación… ¡Hagamos memoria!

Cataluña viene de un gobierno tripartito DESASTROSO que ha dejado un agujero increíble en las arcas públicas de Cataluña. Con la entrada hace dos años del «fantástico» señor Mas, impulsor de la independencia a día de hoy, el Govern ha acumulado un déficit de 448 millones de euros, ha recortado derechos fundamentales como la educación e, incluso, ha dejado de pagar a las farmacias. Fue el pionero en implantar el «euro sanitario» y su mayor aportación al futuro de Cataluña ha sido la promesa de construir un parque recreativo para convenciones al lado del desangelado Port Aventura. Para los que viváis en el Pais Vasco y más concretamente en Barakaldo, sabréis que esto de hacer grandes recintos para ferias y congresos es el futuro, nótese la ironía. Además, acaba de pedir el rescate autonómico para hacer frente a los pagos de los dos siguientes meses al gobierno central… del que se quiere separar. ¡Pero bueno! La economía catalana es fuerte y tirará del carro.

Históricamente el sector servicios catalán ha sido uno de los más fuertes a nivel internacional. Pero, lo mismo no pueden aguantar el lastre de una entidades bancarias en banca rota y con una gestión depravada desde no se sabe cuánto tiempo. Por otro lado, la inversión en I+D en Cataluña se ha estancado en los últimos diez años y tampoco ayudaría en demasía al crecimiento de la nueva nación. Parece que la política económica seguida estos últimos años, tampoco ha sido un portento, que se diga.

Reitero en este punto, que la independencia como tal no me parece ni bien, ni mal. Lo que no me parece normal es que la gente se tire sin cuerda por un precipicio sin saber si está atado a una cuerda o no. Sinceramente, viendo las cuerdas que sujetan nuestras vidas, tanto en Madrid, como en Barcelona o como en Bilbao… yo no me tiro a ningún sitio hasta que se vayan TODOS al infierno y gobiernen dirigentes con un mínimo de sentido común y responsabilidad ciudadana.  Me da lo mismo que sean de izquierdas o de derechas. Catalanes, españolistas, nacionalistas vascos o gallegos. Me da igual. Adolecemos de dirigentes competentes incapaces de dirigir una  empresa, no digamos un país.

 

Antes de correr, hay que saber andar.

¡Indepencia!

Llevamos unos días con el tema independentista encima de la mesa y las opiniones y los eventos se suceden a  velocidad de vértigo. Lo que comenzó con una manifestación, se ha convertido en una vorágine de declaraciones exacerbadas, decisiones sorprendentes y respuestas incoherentes.

A todo esto, y sin entrar en si Cataluña debería ser independiente o no, ¿Esto hay que decidirlo ahora? ¿No hay cosas más importantes que esto?  Es increíble lo becerros que podemos llegar a ser. Hace unos meses (2 o 3, no nos vayamos muy lejos), los catalanes eran un clamor en contra de la pésima gestión de un gobierno autonómico que recortaba a diestro y siniestro echando mierda (cómo no) a los anteriores inquilinos de la poltrona, ahora ya retirados a sus mansiones forjadas a base de dinero público. Como esta situación no era nada conveniente, el president  pensó que ya era hora de hacer algo.
Ya me imagino al gabinete de comunicación de Mas repartiendo en la mesa de reuniones el dossier con título «Tírenle un hueso al perro». Serían las 10 de la mañana («madrugar», si hablamos de un político) y la gente se miraría extrañada  que hubiera gente en el despacho a esas horas en vez de estar, como es tradición, en el bar con un cafelito y leyendo Mundo Deportivo.
Una secretaria, atónita, se subiría las gafas en un rito de concentración extrema para recordar cómo funcionaba la fotocopiadora y, terminada su ardua tarea,  llevaría el dossier de dos folios (sus eminencias se cansan si tienen que leer mucho) al despacho del jefe del gabinete de comunicación. Con cara de satisfacción releería la única pregunta que llenaba el segundo folio del dossier (la primera, estaba reservada, como no, para el título): ¿Qué hueso le tiramos al perro?.
Y ahí se reunieron las mentes privilegiadas de ese ¿país? ¿comunidad? o «pongaaquícomoquierallamarsequemedaigual» para decidir cuál iba a ser la bomba de humo que les iba a sacar del ojo del huracán para echarle mierda a otro… Y se les ocurrió un tema que, aunque manido, es capaz de despertar fervores nubladores de la razón como pocos: La independencia.  En realidad, la primera opción era Eurovegas, pero como no pudo ser, pues hubo que recurrir al plan B.
Y, cómo no, los perros salieron a las calles moviendo sus  rabos y ladrando bien fuerte en pos del hueso…  y se olvidaron que su amo, el que les había lanzado el hueso, les había molido a patadas dos días atrás.

Cuando la obsolescencia programada no es tan mala.


Tras ver bastantes críticas muy positivas sobre un documental de RTVE sobre la obsolescencia programada, me decidí a verlo. Y, desde luego, no me decepcionó en absoluto. De hecho, llevaba un tiempo pensando en si debía cambiar de coche, y el documental me dio la respuesta: “No seas idiota: No necesitas un coche nuevo”. Para los que no lo hayáis visto, os lo recomiendo encarecidamente. Se puede ver online, es ameno y muy interesante. Trata sobre un concepto muy sencillo: Para vender más, hay que hacer que las cosas duren menos para que sea necesaria la compra de un recambio.

El problema es que este concepto se aplica a los bienes de consumo pero no se aplica a los gobernantes. El fin de semana asistimos a un esperpento que, seguramente por lejano, habrá dejado indiferente a muchos pero que, analizado con cierto mimo, resulta una de esas historias que demasiado a menudo nos regala el ser humano, llena de giros inesperados y actuaciones egoístas.

Me refiero al caso de Túnez: Un país ahogado durante años por una tiranía familiar corrupta, plácidamente acomodada en un poder absoluto que constreñía implacable libertades personales básicas. Y de repente, un ciudadano normal que sufre otro atropello más por parte de las autoridades gubernamentales, y ya no aguanta más. No solloza, no grita… Se quema a lo bonzo. Y no solo prende la llama que acaba con su vida, prende la llama de la cólera, de la indignación, del dolor. Y la llama hace explotar por los aires el país entero que estalla en un clamor ensordecedor que llega a oídos de la comunidad internacional. La respuesta es la de siempre: NINGUNA. Pero Túnez resiste, empuja, grita aun más fuerte. El yugo que oprimía las libertades se afloja, la libertad de prensa asoma la patita por debajo de la puerta y, entonces, cuando ningún analista internacional lo espera, llega el circo.

En una oda al egoísmo exacerbado, el causante de todo esto, se va…. Pero se va de rositas. Zine El Abidine Ben Ali se borra y pone rumbo a un país europeo, de estos que somos muy liberales y abogamos por los derechos sociales y toda esa mierda. Sin condena internacional por abandonar a todo un país al primer síntoma de peligro para su inmensísima fortuna. Sin críticas, como si no hubiera pasado nada… Mis ojos no pueden abrirse más y, la verdad es que me sigo sorprendiendo de que me sorprendan estas cosas. La “comunidad internacional” es una patraña en la que sólo se habla un idioma: La pasta.

Es una pena que la madre de este personaje no viera el documental de RTVE y programara la obsolescencia de su hijo para muchísimo antes… A todo un país le hubiera ido muchísimo mejor.

Descontroladores aereos

Qué gran puente! Buen tiempo, relajadito, con mis amigos y, desgraciadamenete currando un poquito para adelantar cosas que en este mes de Diciembre se acumulan invariable e inevitablemente todos los años por estas fechas.

Sin embargo, me siento realmente afortunado. He aprovechado el tiempo, he descansado y, en definitiva, he hecho casi todo lo que tenia planeado hacer. Y digo cais porque alguna que otra cosilla se me ha quedado en el tintero y he hecho alguna que otra cosilla de más. Por ejemplo he dedicado un tiempo a acordarme de los muertos de una pandilla de DESAGRADECIDOS de la vida que sólo se preocupan de ganar y trabajar menos… aun.

Escuchaba el domingo en la radio a un representante sindical de los descontroladores diciendo que en ningún caso se podría justificar la actitud de los descontroladores… Y estaba yo pensando: «A ver cuando llega el PERO». Y la verdad que no se hizo esperar demasiado. De hecho, fue la única frase coherente que dijo este individuo. Nada mas decir que algo no tiene justificación, lo normal es, como no justificarlo. Y además haciendolo con datos.

Este señor tuvo la indecencia de decir que les habian subido un 50% las horas de trabajo, que habian pasado de 1.600 horas anuales a 1.800… Y oyendo esto te preguntas: ¿No hay que estudiar matemáticas para ser controlador? Continuó diciendo que si les habían quitado las vacaciones que tenian asignadas para este año y que perdian vuelos y hoteles reservados… Eso si! Prevision! Que teniendo pasta lo del seguro de cancelación de viaje es una tontería y como reservas con la poca antelación de 7 meses los imprevistos son muy improvables en tan corto periodo de tiempo.

Además este tiparraco, interrogado por la presentadora, opinó que «hay que pedir perdon a los afectados, pero que el culpable es el gobierno». Yo empiezo a pensar que el gobierno es un ente metafísico al que se recurre cuando has metido la pata, lo sabes, pero como es preceptivo en el país donde vivimos, no puedes admitir, por derecho constitucional, que la culpa sea realmente tuya. Entonces recurrimos… al Gobierno. El Gobierno es el culpable de que te hayas metido en una hipoteca muy por encima de tus posibilidades y no puedas pagarla; El Gobierno es culpable de que los bancos hayan robado y roben con todo el descaro del mundo; El Gobierno tiene la culpa de pagarte un pastón por trabajar mucho menos que la media española (y ojo, que un pastón no son 4.000€/mes… Es unas 3 veces más que eso) y que encima… se queje!. Escuchenme un poquito. El Gobierno es culpable de muchisimas cosas, pero no es un cajón desastre donde todo vale.

Solo compadecer a todos los que les han robado dos días de sus vacaciones por pedir más tiempo (aun) para tocarse los cojones y gastarse el pastizal que ganan al año sin preocuparse lo más minimo de que hay gente que no tiene ni para calefacción o más directamente, sin preocuparse lo mas mínimo por aquellos a los que deberían servir. Además, y de todo corazón, desearles a estos payesetes dondineriles que el dia que lleguen a una urgencia de cualquier hospital, el celador de turno se les cruce de brazos en la puerta alegando que planteó hacer una huelga al comité de empresa pero que, como le dijeron que no, él iba hacer una encubierta. Me encantaría ver cómo se le irían apagando los ojos al descontrolador ante la atenta y curiosa mirada del celador que recoge alegremente los billetes morados del bolsillo del «pobre» descontrolador muerto.

Niñatos políticamente muy correctos.

Dios, cómo echo de menos esas fantásticas sobremesas de verano, pegado al televisor, viendo cómo uno de mis pocos ídolos, Miguel Indurain, aplastaba al resto de rivales no solo con su innegable capacidad física, si no, también, con una inteligencia en carrera como no he visto jamás… hasta que llegó Nadal, claro.

Al tema. Me encantaba disfrutar con un deporte extremo, (si, para mi alguien que hace 40.000 kms al año en bici, es un deportista extremo) con un deporte que hace llegar a los que lo practican de manera profesional a hacer auténticas barbaridades físicas y, sobre todo, me encantaba ver cómo en un deporte tan sumamente físico, una cabeza fría y una chispa de viveza en los ojos, hacían a Miguel el mejor, año tras año.

Jamás le oi levantar la voz. Jamás le vi gesticular a la cámara. Jamás le vi dudas cuando escogía una opción y, menos aun, arrepentirse, desdecirse, mentir… Pues en esto se ha convertido, desgraciadamente, el ciclismo. Armstrong ya fue una bofetada para este deporte porque la soberbia, la arrogancia, la chulería y el dopaje fueron sus banderas para ganar 7 Tours. «Ya vendrá algo mejor», pensaba. Pero me equivoqué de medio a medio.

Las payasadas de Contador me hacen añorar la chulería de Armstrong. Es así de duro, pero es así. Con el americano veías un deporte en el que sólo importaba ganar, y si podías humillar a tus rivales, lo hacías sin piedad, aunque no fuera necesario. Es el deporte como lo ven los americanos: Una competición física. Si eres más fuerte, arrasa y si eres más debil, lucha hasta la muerte.

Para mi el deporte va más allá de eso: Los grandes campeones SIEMPRE tienen detalles humides, pequeños que les hacen muy grandes. A mi me parece increible oir a Nadal en la previa de un cuadro grande, jugando con el 234 del mundo, diciendo «Va a ser un partido complicado. Es un buen jugador y tendré que jugar muy bien si quiero tener opciones». GRANDE. Pero no sólo porque lo dice, si no porque su respeto en la pista por el rival es máximo: gane o pierda, arrase o sea abasallado. Él quiere ganar, se le nota, se le siente. Pero no hay atisbo para el rencor, los malos modos, las marrullerías, la venganza (Dios, le dio la mano a Soderling despues de lo que le hizo y dijo el año pasado!!).

El señor Contador quiere ser eso… pero no sabe cómo hacerlo, porque, simplemente no sabe los que es ser GRANDE. Corre pensando en el peqiodico de mañana y se escuda en un «no lo vi» en un «es que yo no quería» o en un «es que somos amigos». Como diría Fernán Gómez: ¡A la mierda!. Señores, esto es una competición y, como en todo deporte, los momentos importan. Si un jugador de fútbol se hace daño y el portero contrario va a sacar de puerta, pues se para. Pero lo que no es de recibo es que el delantero de un equipo se enfade porque el equipo contrario haya metido gol cuando a él le ha entrado un mosquito en el ojo, en vez de tirarla fuera para que le atiendan.

Que a Shleck se le salio la cadena cuando atacaba, pues se siente. ¿Qué coño es eso de estar llorando durande dias y dejar ganar una etapa en vez de asegurarse el Tour? ¿Pero a qué jugamos? Indurain dejaba ganar las etapas a otros porque les sacaba 4 minutos y sabia que en la contra reloj los iba a masacrar a todos… Pero que nadie dude de que si Miguel se hubiera jugado la victoria en París en una etapa, la hubiera luchado hasta el final y desde luego no hubiera pedido disculpas en su twiter porque… ESTO ES DEPORTE… perdón… ESTO ERA DEPORTE.

Esta vida es… para los hijos de puta!


Con todas las letras y con dos cojones: Si señor. ¿Me van a llamar maleducado? ¡Háganlo! Igual así cambia mi suerte y me hago multimillonario porque, después de lo visto el fin de semana, esta vida es, más que nunca, para los hijos de puta.

¿Quieren que la vida les sonría? Pues finjan, lloren, insulten, sáltense las reglas, dróguense, sean prepotentes, escaquéense de sus responsabilidades, acusen a los demás, victimícense, golpeen, hieran los sentimientos de los demás sin que les importe una mierda… Todo les irá mucho mejor.

¿Por qué? Porque ha llegado un punto en esta sociedad en la que la ¿justicia? Se preocupa tanto por sus pobres delincuentes que de proteger a esos fastidiosos lloricas que dan trabajo a los ¿desbordados? Jueces en forma de acusaciones de asesinato.

Si alguna vez se encuentran en la disyuntiva del angelito en el hombro izquierdo y el demonio en el lado izquierdo, no lo duden. Hagan caso al demonio por dos razones:

1-Seguro que obtendrán un beneficio inmediato pisando a algún pobre mojigato que hará caso al angelito.
2-NADIE les va a juzgar. Recuerde que, pase lo que pase, usted es la víctima.

Es increíble la inutilidad de los encargados de dirimir disputas en todos los ámbitos de la vida: jueces, árbitros, delegados… Da lo mismo que dispongan de pruebas, videos o que sean testigos directos del acto juzgado: Siempre, siempre fallan. Da lo mismo que la fragrante falta sea más que evidente o que un niño de 8 años sea capaz de juzgar con precisión esa acción en 4 segundos; Siempre fallan, así que… ¡Aprovechense! ¡Hay barra libre!

PD: Dedicado a los seguidores de México, Inglaterra y Fernando Alonso y, cómo no, a todos los habitantes de Mallorca, Barcelona o Valencia que tienen que soportar a ladrones disfrazados con traje.

¡Oh! ¡Milagro!

¡Oh, Dios mio! Empiezo a creer. Quizá no tanto en lo de los panes y los peces o lo de la apertura de las aguas de Moises pero hoy… ha ocurrido algo. Casi imposible, me cegaba en mi convicción de que jamás estaría de acuerdo con «El Club de las Sotanas» pero hoy he visto la luz. He visto que comienzan a ser gente coherente.

Para los que no lo sepais, Ayer habló Martínez Camino dijo que los diputados que apoyen la ley del aborto, no podrán comulgar: ¡Olé!Como en todo buen club, la Iglesia tiene sus estatutos (los 10 mandamientos) y los interpreta como le da la gana. ¡Si señor! Ellos creen que abortar es matar, por lo que el queconsiente matar (siempre segun ellos)… pues no entra en el club. Me alegro de que por fin apliquen esta sencilla regla de tres.

Sin embargo, siempre queda mucho camino por recorrer. Habría que echar del club a todos los que roban (Camps), los que mataron a un montón de gente (Aznar, Trillo…) los que no aman a su prójimo (todos los políticos, abogados, aseguradores, inmobiliarias, bancos…), los que abusan de niños pequeños (la mitad del clero) o los que no reparten sus riquezas con los necesitados (El Papa) y asi hasta darse cuenta de que igual en la Iglesia solo podrían entrar en la Iglesia 3 personas a lo largo de todo el mundo… y eso llevaría a la desaparición de la Iglesia y todas sus riquezas se repartirían y todos seríamos mucho más felices… Pero, desgraciadamente, no creo en los milagros.

International Pirate Holding

41 días llevo desayunando, comiendo y cenando con la misma noticia dada 1.503 vueltas… «El Alacrana para arriba» «El Anacrana para abajo». Pocas son las opiniones realmente interesantes que he podido leer o escuchar. Mucho amarillismo, muchos focos alrededor de familias rotas y desconsoladas llorando por sus seres queridos retenidos que nos impiden ver un poquito más allá.

Hoy me he tenido que desayunar viendo a un malnacido ser agasajado y tratado con total normalidad en un (des)informativo: Un criminal disfrazado de abogado con un traje que vale mi sueldo anual, comdecía impecable al lado de Hilario Pino zafandose de las preguntas con una impunidad insultante y hablando de las opciones que tenía el gobierno para dejar libre a su «cliente»… comosi fuera la única opción.

Sinceramente, no lloraría su muerte… es mas… me alegraría.

Un tipejo que es capaz de dormir sabiendo que va a cobrar una pastaza por representar ¿legalmente? a un holding internacional de estafa descubierta que hace sufrir a las familias de los pobres marineritos que ni pinchan ni cortan en esta trama, merece, pudrirse en la carcel picando piedra en turnos de 12 horas diarias. ¡Pero claro! ¡Esto es un circo! Show must go on.

Porque lo que nadie dice es que unos descerabrados somalis puestos hasta las cejas tienen negociadores en Londres y Madrid, cuentas en Zurich y las Islas Caimán y abogados sin escrúpulos que exigen la liberación de los torpes que fueron capturados. ¡Menudos hachas!

El único debate es si se puede extraditar a los tontunos, que si vamos a pagar un rescate de no se cuantos millones de euros (que pagamos nosotros por cierto), que si nos vamos a gastar otros tantos millones (que también pagamos nosotros) en poner seguridad privada en los barcos… Pero… ¿nadie va a ir a buscar a los cerebros que controlan toda esta estafa? ¿Nadie se da cuenta de que sin las cabezas pensantes, estos jodidos drogadictos son como los que atracaban las farmacias en los 80? Nadie se preocupa… Solo sufrimos por las familias pero no nos preocupamos de que no sufran MÁS familias.

Y bueno, también habría que hablar de qué coño hacía el barco fuera del área de seguridad… porque claro… salieron por su propia voluntad… pero bueno… esto es otra historia.

PD: Yo soy de Alcorcón, Alcorcón, Alcorcón