¡Oh! ¡Milagro!

¡Oh, Dios mio! Empiezo a creer. Quizá no tanto en lo de los panes y los peces o lo de la apertura de las aguas de Moises pero hoy… ha ocurrido algo. Casi imposible, me cegaba en mi convicción de que jamás estaría de acuerdo con «El Club de las Sotanas» pero hoy he visto la luz. He visto que comienzan a ser gente coherente.

Para los que no lo sepais, Ayer habló Martínez Camino dijo que los diputados que apoyen la ley del aborto, no podrán comulgar: ¡Olé!Como en todo buen club, la Iglesia tiene sus estatutos (los 10 mandamientos) y los interpreta como le da la gana. ¡Si señor! Ellos creen que abortar es matar, por lo que el queconsiente matar (siempre segun ellos)… pues no entra en el club. Me alegro de que por fin apliquen esta sencilla regla de tres.

Sin embargo, siempre queda mucho camino por recorrer. Habría que echar del club a todos los que roban (Camps), los que mataron a un montón de gente (Aznar, Trillo…) los que no aman a su prójimo (todos los políticos, abogados, aseguradores, inmobiliarias, bancos…), los que abusan de niños pequeños (la mitad del clero) o los que no reparten sus riquezas con los necesitados (El Papa) y asi hasta darse cuenta de que igual en la Iglesia solo podrían entrar en la Iglesia 3 personas a lo largo de todo el mundo… y eso llevaría a la desaparición de la Iglesia y todas sus riquezas se repartirían y todos seríamos mucho más felices… Pero, desgraciadamente, no creo en los milagros.

¡Amunt Valencia!

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Grito de guerra del Valencia F.C., «Amunt Valencia» debería ser un grito más profundo en la sociedad valenciana. ¿No se dan cuenta de la imagen que dan sus dirigentes de la ciudad y de la comunidad? ¿Cómo pueden seguir votando a personajes de la calaña, ya no política, sino personal de Camps, Rita Barberá o Zaplana?

De actitudes chulescas, arrogantes, casi de seres superiores, esta gente, por encima de la ley como se ha demostrado esta semana, hace y deshace en la comunidad a su antojo repartiendo a manos llenas dinero público (el de todos) entre sus amiguitos. Leo en el periódico cifras que me dan vergüenza: 300.000€ de regalo de Navidad para unos, 250.000€ para otros… Como diría Joaquin Prats «¡Pero ésto qué es!».

Esta gente está más alllá del bien y del mal, fuera de este mundo, del real me refiero. Viven en un planeta más alla de la comprensión del mortal, en el que el dinero es algo de lo que no has de preocuparte porque, cada vez que miras tu cuenta te salen ingresos como Donetes… por todas partes. ¿Son conscientes de lo que son 300.000€ para una persona normal? ¿Se dan cuenta de que hay gente honrada y trabajadora que curra toda su santa vida para pagarse una casa de ese valor? Porque ¡claro! ¡También tenemos que pagar a los pobres bancos por su duro esfuerzo diario! Eso para esta gentuza es calderilla, el aguinaldo de Navidad.

¿Están seguros, señores valencianos, que quieren seguir con esta escoria maloliente y enchida de ego y millones? Creo, y sobre todo espero, que no. Que estarán más que hartos de oir que ellos no hacen nada, que se pagan sus trajes, que regalan polvorones y corbatas por navidad y que el bronceado que lucen es del solarium y no de tocarse los cojones en la piscina de su puto palacete al que llaman casa… Ya saben… es todo una conspiración mundial para inculparles en delitos para despestrigiar su carrera política que utilizan para ayudar a los demás a tener una vida mejor… ¡Amunt Valencia!

PD: Me vino a la memoria cuando oi a Camps decir: «Es que yo no guardo mis facturas» un extracto de callejeros en el que un par de agentes de policia se acercaban a una pareja de gitanos que habían robado en un super para revender luego esa comida por la calle. Un policia le pregunta al gitano por la factura de compra del carrito de comida que lleva… A lo que el gitano, obviamente, dice eso de «Es que yo no guardo mis facturas»… Se lo llevaron detenido.